La música en medio de la guerra.
Así, en todos los países involucrados en esta guerra, surgió la música como un elemento para expresar los sentimientos de la gente, y muchas de ellas eran interpretadas en los diferentes frentes de batalla. Empleando un término moderno, la música no estaba "globalizada" como lo está ahora, debido a las limitaciones en las comunicaciones, pero a pesar de ello de manera regional se puede decir que sí. Por ejemplo en Estados Unidos se escuchaba música latina, especialmente caribeña y en Alemania se escuchaba música de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y debido a la Guerra Civil Española, mucha música de ese país. El tango era internacional y muy aceptado en Europa al igual que el Jazz. Pero, por razones obvias, la música escuchada durante la guerra pertenecía no sólo a los años 30 sino en buena proporción a los años 20 también.
A finales de la guerra, orquestas invitadas hicieron grandes temporadas en el Wilmersdorf y en el "Café León" de Lehniner Platz de Berlín, hasta agosto de 1944. A pesar de los ya espantosos bombardeos y la debacle del Grupo de Ejércitos del Centro, Hans Warner Kleve y su orquesta de 16 maestros tocó música bailable deleitando a una concurrencia que se negaba a abandonar las pistas de baile. Las autoridades advertían del peligro que representaba asistir a las salas de baile debido a los bombardeos, pero los berlineses no parecían dispuestos a dejar el baile. Cuando llegó el momento en las grandes ciudades, la orden "Swing Dancing Verbotten", emitida por el Ministerio de Propaganda, no era un slogan anti-swing o anti-Aliado, sino una medida de seguridad para la población ante el peligro que representaban los bombardeos a fines de 1943. Por eso pronto quedaron prohibidos los espectáculos públicos y clausuradas las salas de baile. Mientras que en Alemania predominaba la música bailable, a través del jazz, el fox-trot, quizás porque su pueblo estaba confiado en su situación ante el avance arrollador en la guerra, en Francia ocurrió todo lo contrario. Pero en Francia que se opuso firmemente a la ocupación nazi, nació un movimiento de resistencia al que llamó el General De Gaulle, en un célebre discurso que emitió al pueblo francés desde la radio de la BBC de Londres, el 18 de junio de 1940. Una de las herramientas importantes de la resistencia francesa fue la composición de miles de canciones de resistencia; sin embargo, esto históricamente fue ignorado, en parte por la humildad con la que se llevó a cabo. Las cartas que sobrevivieron de muchos de esos compositores explican que su motivación estaba relacionada con expresar fidelidad hacia Francia, canalizar el odio y la burla hacia el enemigo, unir a los opositores de la Alemania nazi y mantener viva la fe en la liberación.
Querían rescatar del olvido a muchos compositores, poetas y canciones que fueron escritas como actos de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y reconocer los esfuerzos realizados y los peligros que enfrentaron sus creadores, donde había desde enfermeras, profesores y maestros, hasta espías y prisioneros. Un tercio de los poemas que se encontraban en la colección estaban escritos para melodías originales. El resto utilizaba melodías ya existentes, lo cual tenía dos ventajas: en primer lugar, era más fácil para la gente recordar las melodías de las canciones; y en segundo lugar, la gente podía cantarlas sin llamar demasiado la atención. Y muchas canciones simplemente resurgían de canciones populares de la Segunda Guerra Mundial, como La Madelon de Louis Bousquet y Camille Robert. Fue traducida al español y al inglés como “Madelon, seré fiel a todo el regimiento”. También fue interpretada por la alemana Marlene Dietrich el 14 de julio de 1939 para conmemorar la Toma de la Bastilla durante la Revolución Francesa y se convirtió en una canción favorita de la resistencia. Otras canciones fueron adaptadas del repertorio del cabaret y del café-concert, como la melodía de Dino Olivieri J’attendrai (Esperaré) de 1937. Gisele Boutrie se apropió de ella en la zona costera prohibida en junio de 1941 y fue interpretada por Tino Rossi y Jean Sablon, por quien la vamos a escuchar.
Música popular (1939-1945)
Para entonces, el jazz y el swing daban la vuelta al mundo deleitando a los asistentes de clubes nocturnos y hoteles de gran categoría donde las veladas eran amenizadas por grandes orquestas y cantantes. Nunca faltaba la música de Xavier Cugat, la del inconfundible Jimmy Dorsey o la voz de Ella Fitzgerald. En las más importantes ciudades alemanas no era diferente, los más lujosos hoteles como el Adlon, Eden, Esplanade, Excelsior o Imperator, siempre programaban orquestas y bandas para complacer a sus huéspedes.

Los programas contaban con interpretaciones de música clásica, conciertos de piano, música bailable y canciones románticas. El swing siempre estaba presente, aunque no le gustara mucho al Dr. Goebbels, porque para la gente común y corriente y los soldados en el frente, era eso lo que querían escuchar. Nadie pensaba que era música enemiga pues ni siquiera les pasaba eso por la cabeza.
Conjuntos conocidos en muchos bares y clubes nocturnos, como los Die Goldene Sieben del famoso Adalbert Luczkowski que tocaron hasta 1941, se disolvieron para formar parte de la Truppenbetreuung (compañía de entretenimiento) y fueron a Praga donde estuvieron entre 1941 y 1942 para luego regresar a Berlín y formar parte de la "Deutsche Tanz- und Unterhaltungsorchester" trabajando en radio. Luego regresan a Praga para nuevamente servir en la emisora "Soldatensender Praga" entreteniendo a las tropas y finalmente, a fines de la guerra, logran escapar de Praga y llegar al norte de Alemania. La orquesta de Adalbert Luczkowski era una típica banda de swing que, salvo el idioma, en poco se diferenciaba de una banda de Saint Louis.
Quedan muy pocas personas en el mundo que recuerdan haber escuchado "So wird's nie wieder sein", "I'm in the Mood for Love" o "Granada" a través de unos audífonos de un receptor de radio de campaña sintonizado con los programas "Belgrader Jungen Wachtpostens" o "Soldatensender Belgrad" todos las noches a las 22:00 horas, que terminaba la audición con "Lili Marlene" interpretada por Lale Andersen, y cerraba las transmisiones con el trompetista de la estación militar de Roma tocando "Arrivederci" .
Canciones mas escuchadas.
Lili Marlene
https://www.youtube.com/watch?v=hZAV4hsP5WU
Es la canción más famosa relacionada con la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, su origen se encuentra en la gran conflagración anterior, ya que fue un poema escrito por un soldado alemán llamado Hans Leip en 1915, que en el frente recordaba la imagen de su novia Lili mientras ambos se despedían a la luz de una farola junto al cuartel. Según la leyenda, el apellido Marleen pertenecía a una enfermera que también traía de cabeza al joven militar. Este y otros poemas de Leip fueron publicados en 1937, y tras leerlo, el compositor Norbert Schultze le puso música, y la cantante Lale Andersen, voz. Pasó más o menos sin pena ni gloria, hasta que fue emitida por un soldado en una radio ocupada por los nazis en Belgrado. Fue tal su éxito que era sonaba todas las noches poco antes de las diez, y ni siquiera la ira y las prohibiciones de Goebbles, ministro de Propaganda, pudo parar el torbellino. Que llegó hasta las tropas aliadas, que también la adoptaron como himno cargado de nostalgia. Surgieron diversas versiones en varios idiomas, entre ellas la que se convirtió en la más popular, la que realizó Marlene Dietrich en 1945.
Le chant des partisans
La
resistencia francesa dio lugar a un sinfín de composiciones que
trataban de elevar la moral de los combatientes. «Le chant des
partisans» fue escrita primero en ruso por Anna Betulínskaya, cantante y
compositora conocida como Anna Marly, que primero huyó al país galo de la revolución bolchevique y después se uniría en Londres a la Francia Libre. La letra en francés se la pusieron los escritores Joseph Kessel y Maurice Druon. La melodía servía de presentación del programa de la BBC «Honor y Patria»,
y pronto se convirtió en el himno de los maquis. Incluso se emitía a
través de las ondas mediante silbidos, ya que estos eran audibles a
pesar de las interferencias provocadas por los nazis. Su popularidad fue
inmediata, y varios periódicos clandestinos se dedicaron a publicar su
partitura y letra. Se solía cantar junto a «La Marsellesa»
cuando había posibilidad de enterrar a los compañeros caídos en
combate. El manuscrito de la canción fue declarado monumento histórico
en 2006, y Anna Marly fue condecorada con la Legión de Honor por el gobierno de François Mitterrand en 1985.
Bella ciao
Si Francia tenía «Le chant des partisans», el canto más popular de la resistencia italiana fue «Bella ciao»,
aunque también fue utilizado por diversos movimientos de protesta
durante los años sesenta. En esta ocasión su origen es desconocido, pero
es probable que una primera versión se encuentre en Bolonia,
entre los trabajadores que padecían las duras condiciones de los
arrozales a finales del siglo XIX. Cuenta la historia de un campesino
que marcha hacia la resistencia y se despide de su amada.
In the Mood
Uno de los músicos que con mayor rapidez se se identifica con la Segunda Guerra Mundial es Glenn Miller.
No en vano, él mismo participó en la contienda, llegando a capitán y
organizando la Banda de la Fuerza Aérea del Ejército estadounidense.
Así, fue destinado a Londres en 1943, y el 15 de diciembre de 1944 partió rumbo a París
para organizar una serie de conciertos en la ciudad liberada. Nunca más
se supo del avión ni del músico, desaparecidos en el Canal de la
Mancha. Uno de sus éxitos que no podía faltar en sus presentaciones era
este «In the mood», de 1940.
It's Been a Long, Long Time
https://www.youtube.com/watch?v=vJFf29jUnrs
El final de la guerra trajo el regreso de los combatientes que habían sobrevivido, y también el éxito de esta canción de 1945 en la que alguien da la bienvenido a su amado con muchos, muchos besos después de mucho, mucho tiempo. Escrita por Jule Styne y Sammy Cahn, la popularizó el trompetista Harry James con su big band, y la voz de Kitty Kallen, aunque también tuvo éxito la versión de Bing Crosby. Otros que se atrevieron con ella fueron Peggy Lee, Louis Armstrong y Doris Day.
El final de la guerra trajo el regreso de los combatientes que habían sobrevivido, y también el éxito de esta canción de 1945 en la que alguien da la bienvenido a su amado con muchos, muchos besos después de mucho, mucho tiempo. Escrita por Jule Styne y Sammy Cahn, la popularizó el trompetista Harry James con su big band, y la voz de Kitty Kallen, aunque también tuvo éxito la versión de Bing Crosby. Otros que se atrevieron con ella fueron Peggy Lee, Louis Armstrong y Doris Day.
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